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Comunicando

Ya hace días que intento hablar con dios. He probado a llamarle por la mañana temprano (todo lo temprano que yo concibo, que es a las nueve), a mediodía, a la hora de comer de los funcionarios (a partir de las cuatro), a media tarde, a la noche y a las tres de la mañana, y siempre me da comunicando.

Me empiezo a plantear si realmente existe o es un personaje inventado, como las supernenas. Por si acaso, como con estas cosas nunca acabas de saber, sigo rezando, paso de robar en el Mercadona y, aunque me pone mogollón, no le tiro los tejos a Esther, porque tiene novio.