El búho real
La idea de comprar un búho real surgió de mi hermano. Hay que reconocer que cumplió su papel: que los gatos no entraran en el huerto, porque se meaban en los tomates nuevos, verdes, incipientes. El problema es que ahora que no quedan gatos no podemos salir de casa. A mi hermano se le ha comido tres dedos, a mí un ojo y una oreja. Esperamos, vehementes, que pronto migre a por alimento, a otro barrio, o a otra dimensión.