El fin
–Las vacas se niegan a dar leche, esto es el fin –manifestó el secretario primero.
–Todavía no. Este cuento acaba de empezar. Y, en lo que a las vacas se refiere, ya han hecho huelga otras veces. Tomémoslo con calma –tranquilizó el ministro.
–En efecto, pero esta vez la cosa va más allá: los cerdos se niegan a morir –intervino el secretario segundo.
–¿Aun desangrándolos? –elevó una ceja el ministro.
–Aun desangrándolos –coro de secretarios.
–¿Aun desangrándolos con saña?
–Aun desangrándolos con saña –nuevo coro de secretarios.
–En tal caso no queda más remedio que admitirlo: esto es el fin.