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El Gran Circo Modín

El payaso de las bofetadas no se pudo borrar nunca la sonrisa cándida de amigo bobo que llevaba dibujada en la boca hasta el día que lloró, no se sabe si alternando debidamente un rato de alegría y otro de pena, cuando su compañera de cama y pista, la fantástica mujer barbuda, dio a luz espectacularmente a un bebé rollizo que nació completamente barbilampiño pero, nada en esta vida es perfecto, muerto de la risa.